Hoy hablaremos de la belleza del cabello y los cuidados que se precisan en esta nueva estación.
Ha empezado el invierno, hemos desempolvado abrigos, bufandas y guantes para hacer el cambio de ropa en armario.
Todo ello nos puede ayudar a modificar nuestro estilo tanto a la hora de vestir cómo de atrevernos a un cambio de “look”, es el momento.
Os haremos algunas propuestas para que estos buenos propósitos de comienzo de año se conviertan en nuevos hábitos a adquirir que nos proporcionen un cuidado más holístico de nuestra persona, y con ello un bien estar que pueda traspasar al resto a través de nosotros.
Si uno está bien, el entorno también mejora.
Comenzaremos por los cuidados en nuestra piel, aprovecharemos la ducha, para una vez a la semana mimarla; ya qué es el órgano más importante con el que contamos y el encargado de proteger el resto de órganos, pondremos un especial cuidado en él.
Una vez duchados realizaremos una exfoliación con productos que encontraremos en casa:
Prepara en un bol, dos cucharadas colmadas de bicarbonato sódico en medio vasito de aceite de oliva crudo (a poder ser el de mejor calidad que tengamos) También va muy bien el aceite de almendras dulces.
Con la ayuda de una cuchara, moveremos y depositaremos la cantidad que necesitemos en nuestras manos tantas veces sea necesario, frotaremos con esta mezcla todo nuestro cuerpo, empezando por el rostro, extremidades y resto del tronco, insistiremos en friccionar el producto dónde encontremos que la piel es más rugosa y seca. De esta forma no sólo nutriremos en profundidad, sino también procederemos de forma sencilla a eliminar todas las células muertas y a desinfectar cualquier impureza en pies, uñas y demás, ya que el bicarbonato aparte de alcalinizar tiene facultad funguicida.
Procederemos a aclarar la piel con agua tibia y secarla cuidadosamente. Es preferible realizarlo a la noche, antes de ir a dormir.